El fin de semana del 14 de diciembre tuve el inmenso placer de visitar Logroño, una ciudad que tenía pendiente hace mucho tiempo, pero los astros nunca resultaban favorables para ir..
Supongo que todo pasa por alguna razón que escapa a nuestro entendimiento, siempre he confiado mucho en la predestinación..en que cada cosa pasa en el instante que tiene que pasar, ni antes ni después..Justo en ese momento mágico..
Desde que le regale a mi hermana la estancia de dos noches tuvimos claro que teníamos que ir a Logroño..la razón, la calle Laurel y el vino...pero claro, el año pasado por estas fechas me diagnosticaron mi celiaquía y no estaba mi cuerpo para ningún exceso, más bien al contrario, cualquiera cosa que ingería me sentaba mal...Cuando empecé a mejorar, enfermó mi madre y claro no podíamos irnos..y el tiempo fue pasando..
La decisión de visitar Logroño, además de por las razones aludidas, es una ciudad perfectamente preparada para los celíacos... Existen por lo menos 12 bares de pinchos y algún restaurante para comer con tranquilidad, para no sentir que eres un bicho raro, para no tener que explicar que no puedes comer algo que esté frito en un aceite en el que hayan metido algo con pan o harina...Simplemente dices "hola, quiero un pincho sin gluten porque soy celíaca" y solo tienes que dedicarte a disfrutar del momento..de la comida, del vino, de la compañía y del ambiente..
Recuerdo el primer bar, Pata Negra..con dos sedes diferentes...En este no tenían pan pero sí unas patatas con huevo frito que se derretía en la boca y acompañado de un vinito de Azpilicueta...Total amabilidad por parte de los camareros, como pudimos comprobar al día siguiente cuando volvimos..
El siguiente solo se dedica a hacer champiñones, es el bar de toda la vida, donde van los de Logroño, donde se ve a la gente de allí...Champiñones con gamba, impresionantes y otra vino para el pecho...
Entramos al Pata Negra segunda parte, los camareros un poquito más serios pero el pincho y el vino merecieron la pena, bebimos un vino bastante caro (no recuerdo el nombre) y me endosaron un bocata en toda regla como no había vuelto a comer desde que soy celíaca...La verdad es que es curioso como una cosa tan nimia como un bocadillo puede hacerte sonreír (bueno, el vino también ayuda la verdad, jajaja), pero la vivencia diaria de una celíaca que quiere salir de pinchos es francamente complicada...
Aunque yo siempre he sido muy sensible con las alergias y las intolerancias alimentarias (de pequeña fui alérgica al huevo, hablando con propiedad a la proteína del huevo y a la lactosa..que ha vuelto con fuerza a mi vida)..pero hasta que no te encuentras en esa situación no te das cuenta...Salvo por mi pueblo, donde me tratan como una reina y donde no he tenido ningún problema...sólo en Logroño me he sentido bien...
La siguiente parada fue el Donosti con un montón de pinchos para mi también y con pan...allí comí un cojonudo y cómo picaba el chorizo por Dios...y otro vino para el pecho...
Obviamente después de tanto vino nos fuimos a pasear, haciendo fotos dominadas por los efluvios de Baco...reconozco que hasta me salieron mejor que estando sobria, me lo voy a tener que hacer mirar..no vaya a ser que tenga que hacer fotos en estado de ebriedad...
Al día siguiente visita a una bodega, las Bodegas Franco-españolas...no habrá bodegas en Logroño para tener que ir a unas medios francesas o, al menos en origen...La verdad es que buena parte de las bodegas de Logroño parecen de procedencia francesa en sus inicios, debido a la filoxera que asoló Europa de Norte a Sur en el siglo XIX, y que termino con las mejores viñas...Los franceses emigraron a La Rioja por la similitud de características físicas y geográficas de la zona... y a partir de ahí la genial visita a la bodega..
El olor profundo a vino, los largos pasillos, las barricas de roble francés o americano, los detalles, la parte antigua donde se cuidan con esmero los más delicados caldos, de los que salen un número limitado de botellas y no todos los años....La verdad es que el olor es embriagador, como si estuvieras en otra dimensión...y la sala antigua con arcos, es como si estuvieras en la catedral del vino, en un lugar sagrado, sagrado para todos los que amamos esta bebida...
Luego cata de vino...así como quien no quiere la cosa a pelo, pusieron chorizo y salchichón pero tenía gluten..así que me arrague a mi pobre pan y nada me metí el vino sin más...De ahí que saliera de la bodega contenta, con calor y hasta los colores en las mejillas...
Después decidimos darnos un homenaje en el restaurante Herventia también con menú sin gluten para mi....Los camareros muy amables, totalmente concienciados con los celiacos, entendiendo todas las cosas que se pueden comer o no y con un pan hecho por ellos que me hizo alucinar...Otra vez botella de Azpilicueta para dos, botella de agua, alcachofas con jamón ibérico, medio cochinillo, ensalada y patatas..y de postre requesón y arroz con leche....Salimos de allí casi rodando, entre el vino y la comida, prácticamente nos dio tiempo a salir del restaurante a comprar unos dulces y a irnos a visitar a Morfeo durante un rato...
Por supuesto los dulces también sin gluten, conseguí mis añorados mazapanes de Soto..esos que siempre me han gustado tanto y que el año pasado me dio tanta tristeza no poder comer...Ya sé que muchas empresas hacen esfuerzos por hacernos la vida más fácil, aunque mi impresión es que con la crisis, muchas de ellas no van a poder seguir ofreciéndonos sus productos...Soy feliz con mis mazapanes de Soto sin gluten...
Por la noche apenas tomamos nada, las consabidas patatas con huevo del Pata Negra, vino y paseíto con unas castañas asadas de toda la vida..qué buen fin de semana, qué bonita ciudad...qué bien que los celiacos podamos estar en ella sin problemas
Se me olvidaba mencionar el Hotel Bracos, en pleno centro de Logroño, llegábamos andando a la calle Laurel...Allí me ofrecieron un desayuno sin gluten, con los paninis de toda la vida, con miel...y con todos los fiambres sin gluten para mí..Un tratamiento exquisito, casi personalizado, calentándome el pan para mí sola dentro de la cocina...y haciéndome sentir bien otra vez...
Mención aparte merece el centro de la ciudad, maravillosa la concatedral de Santa María de la Redonda..que guarda es su interior un cuadro de mi adorado Michelangelo..El Calvario, ese cuadro que hizo para su querida Vittoria Colonna..ese tema tan interesante, como Jesús con su sangre cayendo sobre la calavera de Adán, terminaría con todos nuestros pecados..El cuadro es chiquitín, intenso, precioso...me encanto ver algo tan bonito en una iglesia en España... También bonita la iglesia de Santiago El Real, por Dios que pedazo de Santiago que hay en la fachada, un caballo enorme, un Santiago gigante....foto con vino de por medio...
Nos quedo por ver la Iglesia Imperial de Santa María de Palacio, donde rezó Carlos V en su estancia en Logroño..pero es que mi cuerpo no daba más de sí y necesitaba un descanso...lo dejaremos para otra ocasión, porque allí tengo que rezar..por Carlos y por todos los seres queridos que ya no están conmigo...
Impresionantes y curiosos la Puerta y Cubo del Revellín, una fortaleza construida a partir de 1522..se conserva el cubo(la torre de flanqueo redonda), que ya no se hacían en Italia (empezaban las famosas fortalezas en forma de estrella)...está acompañada de los restos del foso, el puente (por el que pasa el Camino de Santiago) y la Puerta del Camino con el escudo de mi querido Carlos V....Qué bonito lugar, lleno de encanto, de historia, desde allí defendían la ciudad, se ve la extensión de tierra, la sierra al fondo...merece la pena la visita, de verdad...
Casi doy por finalizada mi crónica del viaje, que está siendo larga e intensa, como los días vividos...estoy segura de que volveré a Logroño, por muchas razones....y porque me han quedado cosas pendientes...
Gracias a todos he vivido un fin de semana precioso...Supongo que para mi hermana verme sonreír todo el fin de semana por poder comer sin problemas fue una alegría..Después de este año complicado y de verme siempre enferma...este fin de semana ha sido un respiro, si no fuera por mis ojeras...
Todo el fin de semana me sentí tranquila, sin tener que estar pendiente, ni a la defensiva, pensando si lo que iba a comer iba a resultar un veneno para mi pobre intestino sufridor...Los celíacos somos un colectivo muy invisible para la mayor parte de la población, la gente se va concienciando, pero no tienen demasiado claro qué es el gluten o qué no podemos comer????...
Sonrió, comió y bebió, se dejó llevar por primera vez en muchos meses.
ResponderEliminarVolveremos Logroño
Me dejé llevar por culpa de Baco...que ya me veía yo representando el cuadro de Velázquez....
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